ISSN: 1130-2887 - eISSN: 2340-4396

INTRODUCCIÓN

Venezuela constituye un caso excepcional en América Latina y en el planeta. A pesar de disponer de las mayores reservas petroleras del mundo, el país sufre una crisis multidimensional sin precedentes. El conflicto político se acentuó a partir de enero de 2019, cuando el opositor Juan Guaidó se autoproclamó presidente legítimo del país y calificó a Nicolás Maduro de «usurpador del poder». Aunque Juan Guaidó cuenta con el apoyo de sesenta países y, a pesar de varios intentos de mediación de diversos actores internacionales, el conflicto continúa. A ello se une el colapso económico, que ha conducido a una crisis social y humanitaria, desencadenando consecuencias como la emigración masiva, que se estima entre cinco y seis millones de venezolanos. Debido al creciente autoritarismo del régimen de Maduro, la crisis económica, la polarización política y el debilitamiento del tejido institucional, Venezuela se encamina hacia un Estado fallido y es el único país del mundo con dos presidentes, cada uno de ellos reconocido por diferentes actores externos, cuya actuación retroalimenta el juego político interno.

En julio de 2020, la crisis político-institucional se agravó con las intervenciones de algunos de los partidos por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el llamado a elecciones parlamentarias en diciembre 2020 sin un consenso entre todas las fuerzas políticas y un Consejo Nacional Electoral que generase la credibilidad de unas elecciones limpias, justas y competitivas. A este escenario se añaden los efectos de la Covid-19, a la que Venezuela se expone con un sistema de salud precario, sin capacidad institucional para diseñar protocolos de seguridad y un Estado sin los recursos presupuestarios suficientes para auxiliar a los ciudadanos, empresas o generar una política fiscal y monetaria contracíclica que frene el ciclo recesivo de la economía, controle la inflación y garantice un abastecimiento mínimo de bienes y servicios.

El volumen 85 de América Latina Hoy aborda las diferentes dimensiones (económica, social, política, regional e internacional) de la crisis venezolana y el comportamiento de los principales actores para entender las causas, consecuencias y perspectivas de la crisis política y del colapso funcional del Estado venezolano desde diferentes visiones teóricas y empíricas. Incluye cinco artículos que exploran el conflicto venezolano desde un enfoque científico e interdisciplinar, incluyendo las políticas de los principales actores, las secuelas socioeconómicas y los instrumentos (sanciones o mediación) para resolverlo.

Dos contribuciones sobre el papel de los actores regionales e internacionales inician el número especial sobre el conflicto venezolano. Primero, Miguel Ángel Martínez Meucci y Francisco Alfaro Pareja exploran y comparan de forma sistemática cinco intentos de mediación y diálogo en el conflicto venezolano desde el inicio del chavismo, con el objetivo de explicar los limitados resultados de estas iniciativas. Los autores formulan la hipótesis de que los actores participantes de mecanismos alternos de diálogo y negociación (MADN) subestimaron las asimetrías entre lo que denominan la «coalición iliberal revolucionaria» (CIR) y la «coalición demoliberal» (CDL). En este caso, la primera coalición liderada por Nicolás Maduro cuenta con ventajas decisivas frente a la oposición –entre ellas el control del Estado y el monopolio de la violencia– y, por tanto, con la alternativa de prevalecer en el conflicto en vez de buscar una solución negociada. Entre las cuatro asimetrías principales que analizan los autores destaca el modo de entender la política: como una lucha de poder revolucionario iliberal en el caso de la CIR y como un juego de alternancia democrática por parte de la CDL. Otro factor importante han sido los diferentes aliados internacionales que han reproducido, en cierta forma, la polarización interna. Concluyen que «los MADN han ayudado a disminuir, al menos temporalmente, la violencia directa, pero no la violencia estructural y cultural» (Galtung, 1998) y, por tanto, son poco eficaces en «conflictos en los que los contendientes no registran perjuicios equivalentes».

A continuación, Anna Ayuso y Susanne Gratius exploran, desde un enfoque jurídico y politológico de la literatura especializada sobre sanciones, las políticas de EE. UU. y la UE hacia Venezuela, preguntándose por sus semejanzas y diferencias y la eficacia de las sanciones y del reconocimiento diplomático de Juan Guaidó que ambos comparten. Un primer apartado constituye el marco analítico del artículo, centrado en los diferentes tipos de sanciones y sus efectos. Las dos siguientes secciones exploran los objetivos y estrategias de EE. UU. y la UE hacia Venezuela durante el gobierno de Maduro, con especial énfasis en las medidas de coerción y el reconocimiento de Juan Guaidó como legítimo presidente del país. Tras una comparación sistemática de ambas políticas, las autoras llegan a la conclusión de que, contrario al caso cubano donde prevalecen las diferencias, EE. UU. y la UE aplican estrategias muy similares hacia Venezuela, con resultados contraproducentes, ya que las sanciones fortalecen el atrincheramiento de Nicolás Maduro en el poder y el reconocimiento de Juan Guaidó como legítimo presidente, lo que hace que sean parte del juego político interno y les descalifica como mediadores en el conflicto.

Los tres artículos siguientes exploran los actores y factores internos del conflicto y del colapso económico y social venezolano. La contribución de José Manuel Puente y Jesús A. Rodríguez analiza, desde una perspectiva histórica y comparativa, la evolución de la economía venezolana y encuentra que para el 2018 se había perdido el 49,32% del producto interior bruto (PIB) total de Venezuela en tan solo 5 años (2014-2018), representando esto el peor desempeño macroeconómico en magnitud y duración en la historia de Venezuela (1950-2018), el peor de América Latina y el segundo peor en el mundo en el período 1980-2018. Para los años 2019 y 2020, no existen datos oficiales, pero, de acuerdo con estimaciones del FMI, el PIB cayó un -25% y un -15% respectivamente. Esto hace que la caída del PIB total esté cercana al 70%. En el lado social, de acuerdo a la Encuesta ENCOVI (2017), la pobreza aumentó de un 45% en 1998 a un 87% en 2017 y cerca de tres cuartas partes de su población ha perdido peso, en promedio 11.4 kilos por persona, debido a la abrupta caída del ingreso real y la fuerte escasez de bienes básicos.

A continuación, se incluyen dos artículos sobre el colectivo de los estudiantes venezolanos. El primero de ellos, de María Pilar García-Guadilla, explora, desde un marco analítico original que combina el enfoque de «estructura de oportunidades políticas» con el concepto de «identidad colectiva», el papel del movimiento estudiantil que durante el chavismo y el madurismo se ha perfilado como un importante actor político poco estudiado en la literatura académica. En este sentido, los datos empíricos que utiliza la autora, basados en el Laboratorio Interdisciplinario en Gestión Ambiental, Urbana y Sociopolítica de la Universidad Simón Bolívar (GAUS-USB), ofrecen un instrumento de análisis poco explorado fuera de Venezuela. El artículo analiza los diferentes ciclos del movimiento estudiantil entre 2007 y 2019, cuya acción política ha oscilado según las oportunidades y costes políticos en diferentes momentos del régimen. La autora alude a una división entre «el eje institucional y antisistémico», por un lado, y la «identidad colectiva» y «la división», por el otro. El artículo concluye que el ciclo de protesta de 2017 evidenció los costes de la represión y la necesidad de mantener los mecanismos democráticos e institucionales abiertos para «canalizar las demandas y conflictos y evitar que estos se polaricen».

El segundo artículo sobre los estudiantes venezolanos se centra en los push and pull factors de la migración hacia España. Nuria del Álamo Gómez y Alma Trejo Peña exploran, desde los estudios de migración, y particularmente los trabajos sobre movilidad altamente cualificada, las consecuencias del conflicto venezolano para el colectivo de los estudiantes venezolanos en España. El artículo analiza el contexto legislativo de su acogida como factor de atracción y la crisis económica del postchavismo como importante motivo de expulsión de este colectivo, cuyo número creció un 450% en menos de veinte años hasta alcanzar la cifra de 255.000 en 2018. Su relevancia científica radica principalmente en identificar y contrastar datos actuales que permitan conocer más a fondo la evolución y la situación de los estudiantes venezolanos en España y su relación con el contexto político, económico y legislativo en el que se produce dicha movilidad.

Susanne GRATIUS y José Manuel PUENTE,

julio de 2020